TEMA 5: Actividades sostenibles y medioambiente



5.1 Medición del impacto ambiental de las actividades personales y profesionales

Se analiza la importancia de cuantificar el impacto que tienen las actividades humanas sobre el medioambiente. Esto se logra a través de indicadores clave como:

  • Huella de carbono: mide las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por una persona, empresa o producto.
  • Huella hídrica: calcula el volumen total de agua dulce utilizado, ya sea de manera directa o indirecta.
  • Huella ecológica: evalúa la superficie terrestre necesaria para sostener el ritmo de consumo y absorción de residuos.

Estos indicadores permiten una evaluación objetiva del desempeño ambiental y ayudan en la toma de decisiones sostenibles, tanto a nivel individual como organizacional.

5.2 Actividades personales sostenibles

Este apartado se enfoca en el rol activo que puede desempeñar cada individuo en el cuidado del medioambiente. Algunas de las prácticas recomendadas incluyen:

  • Reducción del consumo energético: uso de bombillas LED, electrodomésticos eficientes, control del uso del aire acondicionado y la calefacción.
  • Movilidad sostenible: preferencia por caminar, usar la bicicleta o transporte público en lugar de vehículos privados.
  • Gestión adecuada de residuos: reciclaje, reutilización de materiales, reducción del uso de plásticos y separación de residuos en origen.
  • Consumo responsable: preferencia por productos ecológicos, locales y de temporada, evitando el desperdicio alimentario.

Estas acciones contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático y fomentan una conciencia ecológica que puede influir en otros sectores de la sociedad.

5.3 Actividades empresariales y profesionales sostenibles

Las empresas tienen un papel fundamental en la transición hacia modelos productivos sostenibles. Este punto desarrolla estrategias concretas como:

  • Inversión en energías renovables, como la solar, eólica o el hidrógeno verde.
  • Diseño de productos con criterios de ecodiseño para minimizar el uso de recursos y facilitar el reciclaje.
  • Reducción de residuos industriales mediante procesos más eficientes.
  • Apoyo al desarrollo local: participación en iniciativas sociales, culturales o ambientales que beneficien a la comunidad.

También se hace énfasis en la necesidad de liderazgo ético y en la transparencia, para que las prácticas sostenibles se conviertan en el eje central de la cultura empresarial.

5.4 Certificación de sostenibilidad

Este apartado detalla los principales sistemas de certificación ambiental que garantizan la adopción de buenas prácticas. Entre ellos se encuentran:

  • Etiquetas ecológicas tipo I (ISO 14024): certificaciones oficiales que identifican productos y servicios con bajo impacto ambiental.
  • Declaraciones ambientales tipo II: información proporcionada por el propio fabricante sobre el comportamiento ambiental del producto.
  • Declaraciones tipo III: informes verificados por terceros que comparan el desempeño ambiental de productos similares.

Estas certificaciones ofrecen garantías tanto a consumidores como a empresas, incrementando la confianza y la competitividad en mercados cada vez más exigentes.

5.5 Normativa ambiental

Finalmente, se presenta el marco legal que regula las actuaciones ambientales. La Ley de Economía Sostenible es clave, ya que:

  • Promueve la innovación, la eficiencia energética y el uso de energías limpias.
  • Fomenta la economía circular.
  • Obliga a las empresas a cumplir con criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

Este enfoque normativo no solo busca proteger el medioambiente, sino que también pretende que las empresas incorporen la sostenibilidad como valor estratégico de gestión y crecimiento.